El país africano encontró en la construcción de ciudades dignas la manera de que la violencia no se sienta bienvenida.
Adriano Cacepa asegura que hoy las ciudades disfrutan de todo lo que no existía en tiempos de guerra. Foto: Oscar Megía |
Por: Ana María Gutiérrez Luque
“Hace 12 años el país se encuentra en paz”
recalca con vehemencia Adriano Cacepa, director nacional de Vivienda en Angola.
Este ingeniero civil reconoce que las negociaciones se tomaron mucho
tiempo de la vida de su nación. “La paz para nosotros es el segundo mayor bien
que conquistamos, el primero fue nuestra independencia”.
Adriano cuenta que en 12 años han logrado que casi el 100% de las vías de
Angola se encuentren asfaltadas, que el 95% de las urbanizaciones víctimas de
la violencia estén reconstruidas y que los habitantes disfruten de salud gratis
sin importar su estrato social. Él llama a estos logros ‘los beneficios
de la paz’.
Asegura que el éxito de la construcción de estos espacios ha sido la unión
de fuerzas entre el Estado, el sector privado, ONG’s y las comunidades.
“Nosotros entendemos no hay desarrollo sin participación de la población”.
‘Cuando se llega a la paz, hay que
controlar la violencia’
El post conflicto es una situación que
Angola tuvo que enfrentar y que hoy en día le genera retos. Cacepa afirma
que la reinserción siempre es un riesgo latente, pero que la urbanización de
nuevos espacios y la recualificación de espacios antiguos es la solución más
inteligente pues ‘ayuda a disminuir la delincuencia’.
Sin embargo, reconoce que aun hay dos
bandos y que su mayor desafío es cambiar la mentalidad de la población que no
está dispuesta a colaborar con el Gobierno.
“No se puede agradar a los griegos y a los
troyanos. Los griegos están con nosotros, los troyanos no, hay que trabajar con ellos".
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