jueves, 10 de abril de 2014

Levantar las ciudades con creatividad

Estuvimos con Richard Florida, el economista dice que el potencial creativo de las urbes y los habitantes es la alternativa para que sean más competitivas y seguras.

Richard Florida, habla sobre cómo transformar las ciudades con el potencial
creativo de la comunidad. / Agencia para la Cooperación e Inversión
de Medellín y el Área Metropolitana.


En las escaleras eléctricas de la Comuna 13 en Medellín, en medio de las casas pintadas de colores y los rincones con toboganes para los niños estuvo ayer Richard Florida, un economista de New Jersey (Estados Unidos) que se convirtió en una especie de gurú (de personajes políticos como José Luis Rodríguez Zapatero) sobre cómo las ciudades se pueden transformar y ser más competitivas con el potencial creativo de sus habitantes. Él fue uno de los invitados principales del 7° Foro Urbano Mundial, que termina este viernes en Medellín.


El estadounidense recorrió la comuna de la mano de la Agencia para la Cooperación Internacional e Inversión en Medellín y el Área Metropolitana para que conociera un poco sobre el proceso de transformación tras políticas de la administración que se han concentrado en éstas áreas en los últimos 10 años. Lo primero que le impactó de las escaleras, más allá de verlas solamente como una solución de transporte, es ver cómo la creatividad y las soluciones simples en los barrios pueden ayudar a resolver grandes problemas como la inseguridad. Florida está convencido de que una creatividad natural es lo que las ciudades necesitan.

Mientras hacía su recorrido, el hijo de inmigrantes italianos explicaba los análisis que lo han apasionado desde la década del 90: “Mi teoría es que hay que incrementar las clases creativas, el potencial creativo en lo industrial, lo económico, lo tecnológico hacia una economía del conocimiento, de la creatividad”. Para él el desarrollo económico en las urbes no se trata de construir infraestructura únicamente, sino de que ésta tenga los elementos para construir comunidad, y de esta manera utilizar el potencial creativo de las personas.

El estadounidense considera que si “Marx decía que la trabajadora era clase universal, ahora tenemos que conseguir que todo el mundo sea clase creativa”, como se lo dijo en una entrevista a El País de España.

Además, usar ese potencial creativo, del que ha hablado Florida en libros como La Clase Creativa y Ciudades Creativas, es también la fuente para que las ciudades se vuelvan menos violentas e inseguras. Un problema que como él dice afecta a todas las urbes desde Medellín hasta Detroit y Nueva York, sin importar cuál sea más rica que las otras.

Justamente, su interés por la forma en que crecen estos espacios urbanos se fue desarrollando luego de que su padre, de la clase trabajadora de New Jersey, fuera despedido de la fábrica donde trabajaba, una muestra más de la forma en que la crisis económica devastaba esta zona. “Mucha gente se quedó en la calle y la ciudad empezó a sublevarse, empezó la violencia, el crimen”. Luego la ciudad resurgió y eso fue lo que trató de entender Florida, qué había pasado en ese proceso.

Para él la creatividad está de la mano del crecimiento inclusivo, la equidad. Por eso ha sido uno de los principales promotores de que los ciudadanos reciban un pago justo por los trabajos que realizan, cualquiera que sea, desde pintar las uñas hasta trabajar en una tienda, de manera que tengan bienestar. “El dignificar los trabajos finalmente es una decisión de los gobiernos”.

Otra de las estrategias que rescata es que se construyan más obras públicas que reduzcan la inequidad. “Lo más importante aquí es el transporte. Asegurar que los habitantes puedan transportarse desde sus barrios hacia el sitio de trabajo. También hay que conectar otras instituciones públicas: las escuelas hacia las bibliotecas por ejemplo. Eso hace a una ciudad más equitativa, democrática”.

Florida también pasó por el metrocable del sector de la Aurora, y estuvo realmente sorprendido de las ideas para conectar a los habitantes, y resaltando las diferencias sencillas que salen a la vista con un país como Estados Unidos donde el modelo tradicional de desarrollo con las largas distancias y la necesidad de carros para recorrerlas ha vuelto un caos las urbes.

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