Por: Verónica Téllez Oliveros
Si hay un tema sensible en la movilidad de una ciudad es la tarifa que los habitantes pagan para movilizarse en los distintos medios de transporte. Las protestas que sacudieron a Brasil a finales del año pasado, entre cuyas motivaciones estuvo el malestar con la movilidad y los precios del transporte, han dejado distintas lecciones para este país. Ahora está revisando opciones para financiar subsidios con los cuales hacer más eficiente sus sistemas en las diferentes ciudades.
El costo del diésel para los buses está aumentando en los últimos años, y en contraste, hay incentivos del Gobierno que favorecen el transporte individual porque para los automóviles el costo del combustible no aumenta,. Así que si el precio de un medio de transporte público aumenta, las personas se van del sistema al carro particular y se crea un círculo vicioso, explicó este jueves Renato Balbim, Coordinador de proyectos de la Dirección de Estudios de Políticas Regionales, Urbanas y Ambientales del Gobierno de Brasil. El funcionario estuvo en un conversatorio sobre modelos de subsidios en el mundo, en el marco del 7° Foro Urbano Mundial en Medellín.
El representante de Brasil dijo que precisamente la entidad en la que trabaja está en la misión de analizar modelos como usar recursos del presupuesto o del impuesto predial (provenientes de los propietarios de inmuebles) para subsidiar las tarifas del transporte, pues "no es posible un transporte eficiente sin subsidios".
Bogotá presentó su plan de subsidio para el Sistema Integrado de Transporte Público focalizado en la población con Sisbén, al que hasta ahora han accedido unas 8.000 personas de estratos I y II. Juan Carlos Melo, director técnico de buses de Transmilenio también habló del subsidio a la tercera edad y los beneficios para estudiantes.
Darío Hidalgo, investigador de Embarq y exsubgerente de Transmilenio, señala que no es posible dar calidad solo por medio de los recursos de la tarifa y que además son necesarias medidas como los cobros por congestión para recolectar dinero y poder sostener los subsidios, a propósito de la discusión que se vive por estos días en el Concejo de la capital y que ya ha desatado fuertes críticas del Concejo. Para muchos ciudadanos la pregunta es cómo la medida puede afectar su bolsillo. Evidentemente es el factor que más puede jugar en contra, pero investigadores como Carlos Pardo han resaltado los beneficios que una medida de este tipo genera para la ciudadanía en general al reducir la congestión por carros particulares.
Otros modelos de subsidio en el mundo como el de Francia funcionan por medio de un aporte que hacen los empleadores o empresas para la nómina de sus trabajadores destinado exclusivamente a su transporte. Este dinero es recaudado por un fondo del Gobierno y permite financiar el 50% de la operación del sistema de trenes y tranvías. En Chile se destinan unos 600 millones de dólares al año para subsidiar la operación del metro, los buses y el transporte de estudiantes, como señala Hidalgo.
La recomendación que agrega Hidalgo es que los subsidios sean focalizados para la población que los necesita.
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